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¿Por qué tengo ojeras? La guía definitiva para entenderlas y saber qué tratamiento necesitas

Hay un día en el que te miras al espejo y tienes la sensación de que tienes “cara de cansancio” incluso después de dormir bien, o incluso, puede que esto te pase desde que tienes uso de razón.

Suele haber mucha confusión en los pacientes a la hora de describir su ojera o sus causas. Y aunque el cansancio las pueda empeorar, la mayor parte de las veces no se van a solucionar durmiendo.

No existe un único tipo de ojera, y por tanto no existe un único tratamiento que funcione para todos.

En la Clínica Marta Prieto, lo primero que vamos a hacer es valorar de forma individual qué tipo de ojera es la tuya. Una explicación delante del espejo suele ser bastante reveladora. Permíteme que trate de resumirlo en el siguiente texto:

1. Cuando la ojera es marrón: la ojera pigmentada

Este tipo de ojera aparece como un oscurecimiento real de la piel, no depende de cómo incida la luz.
No cambia al estirar la piel y suele ser más frecuente en personas de piel media u oscura.

La causa suele ser una mezcla de genética, sol y pequeñas inflamaciones previas. Muchas veces son pacientes de base atópica o que sufren irritación con frecuencia, otras es una manifestación de una acantosis nigricans (que se produce por una resistencia a la insulina).

La buena noticia: sí tiene tratamiento, pero necesita constancia.

En estos casos, el láser Q-Switched, que ataca tanto el pigmento superficial como profundo, será nuestro mejor aliado, combinado o no con mesoterapia con fármacos específicos despigmentantes.

También suelen ser de gran ayuda la cosmética específica, los peelings despigmentantes o el microneedling.

2. Cuando la ojera es azulada o violácea: la ojera vascular

Aquí no es que la piel esté pigmentada: es que se transparentan los vasitos de la zona, sobre todo si la piel es muy fina.

Tiene un truco para reconocerla: si estiras suavemente la piel, el color se aclara.

Este tipo de ojera suele darse en gente de piel muy clara y hace que tengas un aspecto de cansancio incluso sin estarlo.

¿Qué funciona?

El láser vascular periocular nos ayuda a coagular los vasitos de alrededor del ojo que se transparentan. Si los vasitos son gruesos podemos utilizar el Nd:YAG a 1064 nm para eliminar incluso venas de grosor importante, que a veces tanto molestan a nuestros pacientes.

También puede ser interesante mejorar el grosor y la calidad de la piel: cosmética bien formulada, microneedling o HIFU (en nuestro caso nosotros contamos con el mejor, el Liftera).

3. Cuando la ojera es un surco: la ojera hundida

Este es uno de los motivos de consulta más frecuentes.

No es un oscurecimiento real, sino una sombra.
Aparece una especie de “hendidura” entre el párpado y la mejilla. Y por eso, aunque tengas la piel perfecta, da un aspecto cansado.

Aquí existen dos casos muy distintos:

A) Hundimiento aislado (lo típico en personas jóvenes)

El surco es real, pero el pómulo está bien.
Suele corregirse muy bien con una pequeña cantidad de ácido hialurónico colocada en la zona adecuada.

B) Hundimiento con pérdida de volumen o poco desarrollo del pómulo (lo más común en adultos)

Aquí el problema no empieza en la ojera, sino en el pómulo y el hueso malar, que carece de suficiente soporte.
La consecuencia es que la unión entre párpado y mejilla se marca más y aparece el surco.

En estos casos, paradójicamente, el mejor tratamiento no es rellenar la ojera, sino en reestablecer el volumen del pómulo.
Y, una vez recuperado, muchas veces ni siquiera hace falta tocar la ojera directamente.

Cuando la piel es fina o hay arruguitas, acompañamos con polinucleótidos, bioestimuladores o láser CO₂.

4. Cuando hay hinchazón: las bolsas y el edema

La más difícil de las ojeras, en la que hay volumen hacia afuera. La piel es flácida y se acumula líquido y/o grasa. Suele tener un componente genético o epigenético muy importante (factores como ser respirador oral pueden ser determinantes).

Hay que distinguir si es una verdadera bolsa de grasa o más bien edema (retención de líquido) en la zona del pómulo lateral, que es lo que se conoce como festón malar.
Y, algo muy importante: si te han realizado un tratamiento previo con ácido hialurónico en un compartimento indebido, a veces, este podría ser la causa del empeoramiento.

Si bien, para estos casos la opción más eficaz y definitiva va a ser una blefaroplastia quirúrgica… todos sabemos que hay pacientes que no están dispuestos a pasar por el quirófano. Es entonces cuando el trabajar la calidad de la piel o los ligamentos mediante Liftera o el láser CO₂ tienen un papel importante. De igual manera, la reposición de los tejidos perioculares mediante ácido hialurónico o inductores de colágeno puede ayudar a mitigar en gran medida su apariencia.

5. Cuando la ojera es envejecimiento de la piel: arrugas finas en ojera y alrededores.

Hay personas cuya queja principal no es el color ni el hundimiento, sino el aspecto frágil y arrugadito de la piel.

En estos casos, más que tratar la ojera, lo que buscamos es mejorar la calidad de la piel:
que vuelva a ser tersa y uniforme.

Aquí funcionan de maravilla el microneedling, los peelings, los polinucleótidos o de nuevo la magia del Liftera o del láser CO₂. Sin olvidarnos de los neuromoduladores en estos casos que, al relajar el músculo orbicular, conseguirán un efecto espectacular.

Cada caso de ojera es un mundo, pero teniendo una serie de conceptos claros, el tratamiento es más fácil de orientar.

Es una zona cuyo tratamiento da muchas satisfacciones, ya que suele ser un complejo importante de nuestros pacientes y cambios sutiles son muy significativos.

Dicho esto, también hay que un tratamiento incorrecto de las ojeras puede producir resultados antiestéticos. De hecho, es una de las zonas que más disolvemos ácido hialurónico mal inyectado.

Espero haber contribuido a resolver las dudas con las que llegaste a esta página y te invito a solicitar una consulta si es que por fin te atreves a dar el paso.

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