En algunos pacientes, los tratamientos por vía oral, tópica y la mesoterapia no son suficientes para alcanzar el resultado deseado porque hemos llegado tarde y los folículos ya han desaparecido por completo. A día de hoy, no hay ningún tratamiento médico que nos permitan regenerar un folículo y que vuelva a salir y formar un pelo, por eso, es necesario cogerlos de otra zona no afectada por alopecia y trasplantarlos quirúrgicamente.
Actualmente se usa la técnica de microinjertos, que permite unos resultados muy naturales y en la que se colocan los pelos uno a uno. La tecnología utilizada es cada vez más eficiente, permitiendo la realización de trasplantes a mayor velocidad con resultados óptimos. Y es una técnica en evolución y mejora constante.
El éxito se basa en tomar pelo de la zona donante y colocarlo en una zona donde hay alopecia (zona receptora). Lo que se trasplanta no es solo el pelo, si no el complejo pilosebáceo que conforma el folículo completo, que a veces puede tener varios pelos.
Las opciones de extracción utilizadas son la técnica de la tira (o FUT) y la técnica de extracción de unidades foliculares individuales (FUE).
• Trasplante TIRA. Se basa en la extirpación quirúrgica de una zona de piel de cuero cabelludo con todos sus folículos pilosos. Una vez extraída se juntan los dos extremos de piel sin dejar rastro más que una mínima cicatriz lineal.
Separaremos microscópicamente las unidades foliculares de la tira para poder implantarlas una a una.
El principal beneficio de esta técnica es que no requiere rapado de la zona donante y se pueden obtener muchas unidades foliculares muy sanas para trasplantar.
• Trasplante FUE. Extraemos de forma individual las unidades foliculares con un pequeño bisturí circular llamado punch.
La recuperación es más rápida ya que las extracciones son microscópicas, y dejarán cicatrices puntiformes casi invisibles. Esta técnica se recomienda en especial a pacientes que no les importe cortar el pelo o raparlo antes de la intervención.
Como siempre en alopecia lo primordial es la realización de un adecuado diagnóstico ya que no todas las alopecias se pueden injertar, existen cuadros autoinmunes o cicatriciales que serían cuanto menos una contraindicación relativa. Además es importante valorar si la zona donante es suficiente para conseguir unidades foliculares para cubrir la zona receptora, sin dejar despoblada ni la una ni la otra.