La rinomodelación es un tratamiento que se realiza en consulta para corregir, armonizar y embellecer la forma de la nariz.
Para ello, utilizamos sustancias reabsorbibles de relleno (como el ácido hialurónico), con el objetivo de moldear la nariz hasta lograr el efecto deseado. En ocasiones, también se aplican neuromoduladores al inicio del tabique nasal, para lograr subir la punta, logrando un efecto de “nariz respingona”.
¿En qué casos se realiza?
Este tratamiento estético está cada vez más demandado por personas que desean modificar ciertos aspectos de su nariz sin pasar por quirófano.
Es un tratamiento que permite corregir ciertas imperfecciones de la nariz, para armonizarla. Los principales efectos son:
- Hacerla más recta.
- Corregir gibas.
- Subir la punta.
Una ventaja de la rinomodelación es que podemos combinarla con otros tratamientos faciales como los rellenos con ácido hialurónico o las inyecciones de toxina botulínica.
Su principal ventaja es que los resultados son 100 % naturales. Al no producirse un cambio total de la nariz, los pacientes se suelen sentir “ellos mismos”, con una mejora sustancial de esta zona del rostro.
Previo al tratamiento, se realiza un examen completo de la zona y enfermedades/patologías del paciente para posteriormente valorar junto al paciente sus expectativas ya que, aunque la rinomodelación mejora sustancialmente el aspecto de la nariz, no la empequeñece ni la estiliza.
El tratamiento suele ser relativamente rápido (20-30 minutos). No obstante, puede ser superior, si se realizan tratamientos complementarios.
Al finalizar el tratamiento, se pueden apreciar, casi al 100 %, los resultados definitivos: es posible que aparezca cierta rojez en la zona inyectada, algún hematoma y un poco de inflamación. No obstante, esto no impide que el paciente pueda retomar con normalidad sus actividades diarias. Los resultados definitivos pueden verse a partir de los 3-4 días.