Con esta técnica buscamos mejorar el tercio medio del paciente mediante una remodelación de sus facciones, centrándonos en la mejora del aspecto de sus mejillas. En la búsqueda de la armonización facial, los resultados de este tratamiento son naturales y progresivos, ayudando a mejorar la firmeza de la piel y ofreciendo al rostro un aspecto más joven y descansado. Obteniendo el paciente el efecto «buena cara».
El relleno de pómulos consiste en inyectar ácido hialurónico en la zona, por encima de la estructura ósea, recuperando así los tejidos el volumen perdido y eliminando la flacidez. Contribuye de manera indirecta a mejorar la apariencia del surco nasogeniano y del surco de marioneta. En muchos de los casos, este tratamiento es suficiente para mejorar la apariencia de la ojera sin necesidad de abordarla directamente.
Es un tratamiento que no presenta efectos secundarios salvo inflamaciones leves en la zona tratada, acompañadas de una sensación de «presión». Como post-tratamiento, se puede aplicar frío local (sin ejercer presión) y se aconsejan antiinflamatorios los 2-3 días posteriores. Tanto en pre como post tratamiento, las cremas de árnica nos pueden ayudar a preparar la zona y minimizar el riesgo de que se produzcan hematomas y, con este mismo fin, se contraindica el consumo de bebidas alcohólicas y antiinflamatorios los días previos al tratamiento.
Tras la realización del relleno en pómulos, se desaconseja realizar ejercicio físico durante las 72h siguientes, especialmente si es «de impacto», así como evitar el día del tratamiento saunas, piscinas, etc.
Al ser un tratamiento con el que buscamos un resultado natural, se suele hacer una revisión al mes por si fuese necesario hacer algún retoque.
¿El precio? Depende de cada caso y del resultado que busquemos, que es lo que determinará el número de viales necesarios. Hablamos de un tratamiento de 300 a 1200 € aproximadamente.
¿Durabilidad? Se suele establecer una revisión anual. En algunos casos será necesario repetir el tratamiento (con menor número de viales, ya que se trata de un ‘mantenimiento’), y en otros no. En este caso la durabilidad del tratamiento también dependerá en gran medida del estilo de vida del paciente.